1. Bruselas
Bruselas es la capital de Bélgica y, además, también es un destino que combina historia, modernidad y una rica oferta cultural y gastronómica. Aunque la ciudad es famosa por ser el centro administrativo de la Unión Europea, tiene mucho más que ofrecer que oficinas y edificios gubernamentales, con su mezcla de estilos arquitectónicos y una gastronomía que enamora, Bruselas es el destino ideal para comenzar tu recorrido por Bélgica.
El epicentro turístico de la ciudad es la Grand Place, una de las plazas más impresionantes del mundo. Rodeada de edificios de estilo gótico y barroco, esta joya arquitectónica te hará sentir que has retrocedido en el tiempo.
Si eres amante de las vistas panorámicas, no puedes perderte el Atomium, una estructura icónica construida para la Expo de 1958. Desde su punto más alto, disfrutarás de una vista espectacular de la ciudad, ideal para una foto. Además, dentro del Atomium encontrarás exposiciones interactivas que detallan la historia y el diseño de este fascinante monumento.
Otro punto destacado es el Manneken Pis, la pequeña estatua de bronce de un niño orinando que se ha convertido en un símbolo peculiar de Bruselas. Aunque pueda parecer curioso que una figura tan pequeña tenga tanta relevancia, la historia y las leyendas que rodean al Manneken Pis lo convierten en una parada obligatoria.
Bruselas es también un paraíso para los amantes de la gastronomía. Aquí podrás probar algunos de los platos y dulces más emblemáticos de Bélgica, como los famosos gofres, chocolates artesanales y, por supuesto, las tradicionales patatas fritas acompañadas con la salsa que más te guste. No olvides acompañarlos con una buena cerveza belga, reconocida mundialmente por su calidad y variedad.
Para los apasionados del arte y la cultura, Bruselas ofrece una amplia gama de museos, como el Museo Magritte, dedicado al surrealismo, o el Museo de Instrumentos Musicales, que alberga una colección impresionante y permite disfrutar de melodías de épocas pasadas.
Otra opción es perderte por las calles del Barrio Europeo, lo que te permitirá conocer otra faceta de Bruselas. Si quieres conocer con todo detalle las actividades y cosas que puedes ver o hacer en Bruselas, no te pierdas el post sobre 15 cosas que ver y hacer en Bruselas.
2. Brujas
Brujas, conocida como la «Venecia del Norte», es una ciudad que parece sacada de un cuento medieval. Sus canales, calles y fachadas crean un ambiente mágico que enamora a cada visitante. Este destino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es ideal para los amantes de la historia, la cultura y los paisajes románticos.
El corazón de Brujas es la Plaza Mayor (Markt), un lugar rodeado de casas gremiales y restaurantes. En el centro destaca la estatua de los héroes locales, Jan Breydel y Pieter de Coninck, y presidiendo la plaza, el imponente Campanario de Brujas (Belfort). Desde lo alto de esta torre medieval, puedes disfrutar de una vista panorámica impresionante que abarca toda la ciudad.
Otro lugar icónico es el Lago del Amor (Minnewater), un rincón romántico rodeado de jardines y cisnes que invita a un tranquilo paseo. La leyenda dice que quienes crucen su puente experimentarán amor eterno, lo que lo convierte en un lugar perfecto para parejas.
La Basílica de la Santa Sangre, ubicada en la plaza Burg, es otra parada imprescindible. Este tesoro arquitectónico combina estilos románico y gótico, y guarda una reliquia venerada: un vial que, según la tradición, contiene la sangre de Cristo.
Los amantes del arte disfrutarán del Museo Groeninge, hogar de una destacada colección de pintura flamenca, incluyendo obras maestras de Jan van Eyck. Mientras tanto, los canales de Brujas ofrecen una experiencia única: recorrerlos en barco te permitirá admirar la ciudad desde una perspectiva completamente nueva.
No te olvides de visitar el Beguinaje de Brujas, un conjunto de casas blancas rodeadas de tranquilidad, donde las beguinas vivían en comunidad. Este lugar sereno es perfecto para un momento de reflexión lejos del bullicio.
Por último, dedica tiempo a explorar las chocolaterías y tiendas de encajes de Brujas. Sus chocolates artesanales son famosos en todo el mundo, y los encajes, hechos a mano, son un recuerdo típico que combina historia y tradición.
3. Gante
Gante es una ciudad que, aunque menos conocida que Brujas, es igual de preciosa. Una ciudad donde lo medieval y lo moderno conviven en perfecta armonía. Con su ambiente juvenil, esta ciudad universitaria está llena de historia, cultura y energía contemporánea.
En el centro histórico se encuentra el majestuoso Castillo de los Condes (Gravensteen), un imponente castillo medieval rodeado de un foso. Su interior alberga exposiciones sobre la vida de los Condes de Flandes y una colección de armas y armaduras. Desde sus murallas, disfrutarás de una vista espectacular de la ciudad.
La Catedral de San Bavón es otro de los imprescindibles de Gante. Este templo gótico alberga una obra maestra del arte flamenco: «La Adoración del Cordero Místico», de los hermanos Van Eyck. La riqueza de detalles y simbolismo de esta pintura la convierten en una experiencia única para los amantes del arte.
Los muelles de Graslei y Korenlei, a orillas del río Lys, son perfectos para pasear y disfrutar de la belleza arquitectónica de los edificios históricos que los rodean. Este lugar es ideal para relajarte en una terraza mientras pruebas una cerveza local o un plato típico como el Waterzooi.
Otra visita obligada es la Torre del Campanario (Belfort), símbolo de la libertad y autonomía de Gante. Desde su cima, obtendrás una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
El barrio medieval de Patershol es un rincón lleno de encanto, con estrechas calles adoquinadas, pequeñas tiendas y restaurantes que ofrecen lo mejor de la gastronomía belga. Su ambiente bohemio te invita a perderte y descubrir rincones únicos.
Para quienes disfrutan de la cultura, Gante cuenta con el Museo de Bellas Artes (MSK), que alberga una rica colección de arte desde la Edad Media hasta el siglo XX. Cerca de allí, el Museo de Arte Contemporáneo (SMAK) ofrece una visión moderna y atrevida del arte actual.
Por último, no te pierdas un paseo en barco por el río Lys. Ver la ciudad desde el agua te permitirá descubrir su lado más romántico y tranquilo, mientras admiras su arquitectura única y su historia.
